La otra Kuṇḍalinī

Describiré brevemente otra importantísima forma de abordar – muy a menudo ignorada- a quien los maestros y textos yogis nombran como Kuṇḍalinī. Esta nota tiene como fundamento mis estudios en Mysore India, algunas conversaciones en Vrindavan, en Rishikes y literatura autorizada a cerca del tema; lo que he hecho es organizar información; empecemos:

¿Y si te dijeran que es preciso purificar los elementos del ser hasta ver florecer el alma?; ¿y si resulta que Kuṇḍalinī es un obstáculo que impide a prāṇa o la energía vital fluir libremente? ¿Qué tanto debemos enfocarnos en «despertar» el poder latente en lugar de la purificación de nosotros mismos? Ciertamente las dos cosas son importantísimas y van de la mano.

sri-krishnamacharya mula bhandasana
El Maestro Sri Krishnamacarya en Mula Bandhasana

Es necesario primero recordar un poco del  Bhagavad Gita para entenderlo mejor,  el capítulo 7 de esta obra describe que ocho grandes energías materiales en total,  más el ser trascendental  conocido como alma (jīva), conforman al ser humano encarnado. Esto se comprende a raíz de lo explicado allí.

bhūmiḥ: tierra, āpas: agua, analaḥ:  fuego, vāyuḥ: aire y kham: el éter; más otros tres elementos sutiles (manaḥ: mente, buddhiḥ: inteligencia y ahaṅkāraḥ: el ego falso); estas son las 8 energías materiales. La energía espiritual jīva o a el alma ya la mencionamos arriba.

Las técnicas del hatha yoga consisten en técnicas de limpieza y purificación, practicamos yamas, niyamas, asanas y pranayamas para crear equilibrio y armonía interna, depurar elementos físicos y sutiles. La manifestación de mayor salud, vitalidad y alegría que irradia el practicante es un resultado lógico. Esto se logra mediante la práctica constante y el desapego: Abhyāsa y Vairāgya. Pero a  Kuṇḍalinī también se le conoce como una manifestación de la ignorancia, que es la causa del sufrimiento, por lo tanto la raíz de los obstáculos. Esto fue dicho y expuesto por el gran maestro Sri T. Krishnamacarya, y aparece en algunos textos como el YogaYājñavalkya,  obra muy interesante por cuanto aborda esta otra cara de Kuṇḍalinī. 

¡Entonces la serpiente de la lujuria, la ira, la codicia, la pereza y los demás «demonios» también son Kuṇḍalinī! Genera nudos psicológicos y físicos que no dejan florecer al ser interior. Eclipsa por completo al individuo. Un cuerpo poderoso, inteligencia pervertida y  una mente fuerte pero egoísta pueden anclarnos más a los deseos materiales y serán causa de problemas si no desarrollamos humildad hacia el Supremo y hacia los maestros y si no estamos guiados por el conocimiento trascendental; así nos consideraremos amos y señores y estaremos pues, perdidos (Kuṇḍalinī como ignorancia y conocimiento cubierto por la ilusión).

Krishnamacarya siendo maestro de maestros y persona conocedora de lo que necesitaba el ser humano y cada estudiante que llegaba a él, hizo énfasis en todo esto por razones obvias. Más allá de precisar dónde exactamente se ubica Kuṇḍalinī o qué pasa al atravesar este o aquel chakra  resulta más práctico y necesario primero reconocer nuestros imbalances en los cinco elementos, y más importante aún: de nuestra mente y nuestra inteligencia, además de poder aceptar nuestras actitudes egocéntricas [un cuerpo hermoso, flexible, estético , fuerte y sano no necesariamente indica pureza o estado de conciencia elevado, ejemplos de esto hay por montones]; no rechazar y culparse sino estudiarse y crear los cambios con paciencia y amor. Aquí desempeña un gran papel el canto de mantras y otras prácticas de meditación. De manera que Kuṇḍalinī como el obstáculo que impide a prāṇa -el gran amigo del alma- fluir por el canal energético central, es tan fundamental para el yoga como Kuṇḍalinī  entendida a modo de la energía creadora, de la fuente de poder, etc.. Una revela a la otra, y ambas deben ser estudiadas, ambas deben ser comprendidas mediante las técnicas del Yoga.

Es además hermoso ver como el yoga es siempre unión, porque un mismo concepto visto desde otro ángulo aparentemente opuesto nos está motivando también a mejorar, a continuar la práctica con entusiasmo. Descubrir una debilidad es sin duda la puerta a un salto cuántico en el desarrollo de una habilidad. Armonizarnos física, mental y espiritualmente con gratitud y amor es la manera saludable de trabajar con Kuṇḍalinī . ¡Namasté!, !haribol!